Opinión | Sobre el logro de Santiago Matías y el récord Guinness alcanzado por “La Casa de Alofoke 2”
La comunicación digital en América Latina vive un momento de transformación, y queramos o no, algunos nombres se han convertido en referencia dentro de ese cambio. Uno de ellos es Santiago Matías (Alofoke), quien acaba de cerrar la segunda temporada de “La Casa de Alofoke” alcanzando un Récord Guinness, un hecho que marca un precedente para el ecosistema mediático de la región.
Desde mi posición profesional, reconozco que no comparto —ni consumo— el estilo que caracteriza gran parte de su contenido. Las expresiones vulgares, los improperios constantes y el tono confrontativo que suelen acompañar sus formatos no van en línea con la comunicación que defiendo ni con los valores que entiendo deben guiar a los nuevos talentos.
Pero separar lo personal de lo profesional también es parte del oficio.
Y desde ese sentido objetivo, es justo destacar que Santiago Matías ha logrado construir una maquinaria digital poderosa, con impacto regional y con un crecimiento que ha redefinido la manera en que se consumen los contenidos urbanos en plataformas digitales. Su capacidad de producción, su constancia, su lectura del mercado y su habilidad para generar conversación han influenciado a toda una generación de creadores.
Lo bueno: su disciplina, su visión comercial, la creación de un ecosistema completo de entretenimiento y el posicionamiento internacional que ha sabido conseguir.
Lo negativo: la normalización del lenguaje ofensivo, la falta de límites en ciertos contenidos y la responsabilidad social que, en ocasiones, queda corta frente al alcance que tiene su plataforma.
Aun así, el logro obtenido con este récord no se puede minimizar. Es un reconocimiento mundial que habla del impacto masivo de su proyecto y del lugar que ocupa hoy en la comunicación digital.
Felicito el trabajo, la disciplina y el crecimiento alcanzado. La industria siempre se fortalece cuando alguien rompe un límite.
Manuel A. Khoury
Bonches Latinos
